El estrés, más que una palabra popular, se ha convertido en un compañero inseparable en nuestros días. Hoy existen cientos de formas de combatirlo, pero ¿sabías que de la forma en que te vas a dormir depende mucho cómo empezarás una nueva jornada?
En efecto: si te has sentido estresado en los últimos días, probablemente sea porque no te has acostado de la forma correcta ¿Sabías que hay algunos pequeños ‘rituales’ que puedes poner en práctica para relajarte y salir a trabajar fresco al día siguiente? Aquí te los presentamos.
Preparar tu comida la noche anterior
De esta forma puedes ahorrar tiempo valioso de la mañana y descansar sin preocuparte de qué almorzarás en el trabajo al día siguiente. Si te tomas este tiempo antes de dormir aprenderás a valorar cada segundo que ahorras en la mañana.
Meditar
Tanto la meditación como la respiración pueden ayudarte a relajarte lo suficiente para tener la cabeza despejada a la hora de dormir. Inhalar profundamente, luego exhalar con paciencia. Estirarte un poco, cerrar los ojos. Así dejarás la carga negativa y el cansancio antes de ir a la cama.
Deshacerte del estrés y las distracciones de tu cuarto
Es vital que hagas de tu habitación, el lugar donde pasas al menos la tercera parte de tu día, tu santuario de reposo. Esto significa nada de colores estridentes y aparatos encendidos. Debes poder asegurarte que al cerrar la puerta eres capaz de desconectarte de todo lo de fuera.
Dormir
Aunque parezca obvio. Esto significa respetar tus horas de sueño. Echarte en la cama significa descansar, no seguir haciendo echado lo mismo que haces despierto. No teléfono, televisión, modera incluso tus lecturas. Intenta que tu cerebro asocie la cama con sueño.