La mandataria brasileña afronta no sólo la ola de manifestaciones que exigen mejorar los servicios públicos y el fin de la corrupción, sino también la caída de su popularidad a 27%, el punto más bajo desde que empezó su gobierno. Según una encuesta del instituto Datafolha publicada este sábado, ya una cuarta parte de los brasileños considera la gestión del gobierno de Rousseff como "mala o muy mala".
El estudio también reveló que la drástica reducción del índice de popularidad en la presidenta se registra en todas las regiones de Brasil, edades, clases sociales y niveles de escolaridad de la población.
El tema que definitivamente desencadenó esta evaluación negativa a su gobierno, fueron las manifestaciones que comenzaron en junio contra el aumento del precio de un billete de autobús y luego se extendieron por los gastos de la Copa Mundial de fútbol en 2014.
