Pese a que la palabra tortura puede evocar en nosotros imágenes de salvajismo y barbarie propias de la Edad Media, lo cierto es que lamentablemente, en pleno siglo XXI, estas horrendas prácticas continúan entre los seres humanos.
Desde la Segunda Guerra Mundial estos métodos han cambiado, y países como EE.UU. los perfeccionaron a través de un largo historial de intervenciones militares en distintos países. Los casos más recientes y controversiales de torturas los hemos visto en Irak y Siria.
Aunque es un tema escabroso, es una responsabilidad conocer sobre esta situación que es considerada como una práctica válida por ciertos regímenes. Conocer la realidad es la única forma de mantener la esperanza de que algún día podremos cambiarla para bien.