Al menos 230 cadáveres de miembros de la tribu Al Shaitat, presuntamente asesinados por el Estado Islámico, fueron hallados en una fosa común de la provincia de Deir Ezzor, en Siria.
Se conoce que la mayoría de las víctimas habrían fallecido tras ser decapitadas por los militantes extremistas, quienes califican como ‘infieles’ a los integrantes de este clan opositor.
Cabe señalar, que con este descubrimiento asciende a 900 el número de personas ultimadas a manos del grupo yihadista durante su ofensiva en la región.