Al menos 92 indocumentados murieron tras el hundimiento de una barcaza que los transportaba en dirección a la isla italiana Lampedusa, al sur de Sicilia. La embarcación llevaba 500 personas procedentes de África a bordo, de las cuales, 250 continúan desaparecidas, por lo que se espera que la cifra de muertos aumente en las próximas horas.
La alcaldesa de la isla, Giusi Nicolini, confirmó la cifra de muertos e indicó que entre ellos hay decenas de niños y mujeres embarazadas, sin embargo, advirtió que todavía continúan las labores pues "el mar está lleno de cuerpos".
Los rescatados manifestaron que no tenían cómo comunicar el accidente, por lo que decidieron encender fuego para ser localizados, pero esto provocó un incendio de grandes proporciones, por lo que muchos inmigrantes se vieron obligados a arrojarse al mar y posteriormente la barca se volcó.
"No sabemos dónde meter a los vivos, ni a los muertos", manifestó con impotencia Nicolini. Asimismo, relató cómo los cadáveres recuperados eran depositados en uno de los muelles de la pequeña isla. Pero la situación se complica porque la isla solo tiene capacidad para 700 personas y actualmente están alojadas 1350 personas.
"Es un horror. No dejan de llegar barcos y descargar muertos. Los medios de comunicación tienen que venir a ver esto. Es impresionante", agregó la alcaldesa entre lágrimas mientras hablaba por teléfono con algunas televisiones.