El escándalo sexual que ha alcanzado a la leyenda olímpica Usain Bolt no es el único de su tipo que tuvo lugar durante los Juegos Olímpicos de Río 2016. El más sonado y que incluso ameritó la máxima sanción para un atleta fue el protagonizado por la clavadista Ingrid de Oliveira (20).
La joven brasileña representó a su país en salto sincronizado junto a su compañera Giovanna Pedrosa. Sin embargo, la noche anterior ella le pidió a Pedrosa que dejara la habitación que ambas compartían en la Villa Olímpica.
La razón del pedido de la joven era única: quería pasar la noche con el remero Pedro Gonçalves (también competidor). Cuando Giovanna se negó fue sacada de la habitación “a golpes”, según reportaron. Al día siguiente, ambas tuvieron un desempeño pésimo, terminando en último lugar.
Molesta, Pedrosa informó de lo ocurrido al Comité Olímpico de Brasil, que expulsó a lngrid de la Villa Olímpica por falta grave. En tanto, las deportistas decidieron no competir juntas. Aunque la relación entre ambas nunca fue buena, habían decidido hacer una tregua para participar en Río.
De Oliveira y Pedrosa venían de ganar una medalla de plata en los Panamericanos de Toronto 2015 y en esta ocasión aspiraban a más, pero este acto de indisciplina aparentemente derrumbó el sueño y los esfuerzos de ambas por trabajar juntas.
Posteriormente Ingrid perdió otra oportunidad para limpiar su imagen y hacer méritos por Brasil, esta vez en la competencia individual, donde se quedó en el 21 puesto en las preliminares. Ahora su participación en futuras competencias internacionales con la auriverde es incierta.
Cabe señalar que las críticas y sanciones han ido casi exclusivamente contra la atleta, mientras que, según reportaron los medios, no se pidió explicaciones a Gonçalves.