Una de las cosas que recordarán las futuras generaciones como el mejor reflejo del espíritu de esta época es el selfie: ese regalo que nos hizo la tecnología y que, sin aparente significado para muchas mentes confundidas, dice tanto de nosotros y nuestra cultura moderna.
Y es que ese sencillo hecho de tomar una cámara y fotografiarnos a nosotros mismos encierra todo un universo de significados, más aun dependiendo del contexto en que se toma. Tal vez suena confuso, pero créelo: un sociólogo se daría un banquete estudiando las fotos de tu celular.
En esta ocasión, sin embargo, vamos a ir un paso más allá y demostrarte que el selfie no solo puede ser estudiado por ciencias como la psicología o la sociología. El selfie es en sí mismo una ciencia, y una tan exacta como las matemáticas que no admite ni perdona errores.
¿Cómo puedes pasar de tener algo para presumir a cometer un crimen contra la humanidad que manchará de vergüenza el resto de tu existencia? Con un selfie, porque aquí el orden de los factores sí altera el producto y un elemento de más o de menos puede significar la vida o la muerte en las redes.
¿Lo dudas? Quédate con esta galería de gente que cayó en desgracia al subestimar la ciencia del selfie y hoy han sido inmortalizados en el más completo ridículo. La próxima vez, cuida hasta el más mínimo detalle o tú podrías ser el siguiente.