El gigante tecnológico sigue con sus investigaciones en robótica a través de su equipo DeepMind, la compañía de inteligencia artificial de Google, que buscan, además de mejorar la velocidad y eficacia, la autonomía de robots en la toma de decisiones en entornos naturales y de oficina.
Se trata de los sistemas AutoRT, SARA-RT y RT-Trajectory, que se proyectan como futuras máquina que puedan comprender y ejecutar órdenes complejas con facilidad, es decir, que sean más inteligentes y autónomos. Sin embargo, Google no ignora el riesgo de tener robots mucho más capaces, por lo que ha incluido una guía de seguridad denominada “Constitución del Robot”, la cual usa como principio las famosas leyes de Isaac Asimov, para garantizar que nunca lastimen a un ser humano.
LEYES DE ASIMOV
El escritor ruso Isaac Asimov creo tres leyes que servirán de base para sus obras de ciencia ficción:
Primera: un robot no hará daño a un ser humano, ni por inacción permitirá que un ser humano sufra daño.
Segunda: un robot debe cumplir las órdenes dadas por los seres humanos, a excepción de aquellas que entren en conflicto con la primera ley.
Tercera: Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o con la segunda ley.
CONSTITUCIÓN DEL ROBOT
Este conjunto de indicaciones centradas en la seguridad que instruyen a los sistemas de inteligencia artificial, evita que se elijan tareas que involucren a humanos, animales, objetos punzantes e incluso aparatos eléctricos.
Además, DeepMind programó a sus robots para que se detengan automáticamente si la fuerza de sus articulaciones supera un cierto umbral e incluyó un interruptor de apagado físico para que4 operadores humanos puedan usarlos para desactivarlos.
Al momento, Google ha desplegado una flota de 53 robot AutoRT en cuatro edificios de oficinas durante siete meses, alcanzando más de 77 mil tareas de prueba, con robots dirigidos de forma remota y también operando de manera completamente autónoma.
