En Suecia unas 5.000 personas llevan en su mano implantado un dispositivo que utilizan en su día a día para viajar en tren, entrar en sus oficinas de trabajo o en el gimnasio, sacar fotocopias e incluso comprar aperitivos en máquinas expendedoras.
Este desarrollo en implantes electronicos también podría aplicarse en el futuro en el ámbito de la telemedicina, cuya importancia ha quedado de manifiesto con la pandemia por el nuevo coronavirus COVID-19.
Para la ciencia, instalar un dispositivo wearable en el cuerpo permite la reducción de interacciones entre humano y máquina, lo que permite acortar tiempos que se utilizan en acciones muy repetitivas en el día a día como abrir puertas o hacer pagos al comprar.
En la actualidad estos implantes se usa principalmente en tres ámbitos: para viajar en diferentes medios de transporte, en accesos a recintos y como medio de almacenamiento de información privada.