Aunque en nuestro país el nombre de Harald Helfgott aún pueda ser desconocido para muchos, en el campo de la ciencia este hombre, un matemático peruano de 38 años, ya es sinónimo de revolución. Luego de saltar a la fama por resolver un problema de 271 años en el 2013, hoy da un paso más allá con un descubrimiento que cambiaría directamente la tecnología.
Helfgott ha concebido una nueva versión de un antiguo método para encontrar números primos, la archipopular ‘Criba de Eratóstenes’, que muchos aprendimos en el colegio. Este descubrimiento sería capaz de reducir el requerimiento de espacio físico en las memorias de las computadoras, lo cual reduciría a su vez el tiempo de ejecución de los programas diseñados para hacer dichos cálculos.
“Como a muchos otros niños, me enseñaron esto en la escuela primaria cuando yo tenía 10 años, con una tabla”, dice el peruano que actualmente se desempeña como investigador en el Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS) en la Universidad de Göttingen, Alemania.
Él señala que la idea la obtuvo mientras corregía pruebas para demostrar cómo resolvió el problema de la ‘Conjetura débil de Goldbach’. Empezó a pensar,” tal vez por mucho tiempo”, en el problema de la ‘Criba de Eratóstenes’. En particular, sobre su requerimiento de espacio o memoria.
“Las computadoras de hoy son muy rápidas y pueden también hacer cálculos en paralelo, pero la memoria aún es limitada”, explica. Con su método ahora se puede trabajar con menos espacio de memoria física. En términos matemáticos, donde antes se requería un espacio N ahora sería suficiente con la raíz cúbica de N.
“Para calcular todos los números primos hasta un trillón, la versión modificada de la criba requiere unos cuantos millones de bits en lugar de un billón de bits”, afirma el peruano. Las bases de su idea fueron presentadas en julio en Buenos Aires y París, recogió la revista Scientific American.