No existe ningún cuerpo celeste que suponga una potencial amenaza letal para la humanidad a cientos de años vista, afirmó hoy en Viena el responsable de la NASA para la detección de asteroides.
“No hay ningún objeto de más tamaño de un kilómetro que pueda impactar en la Tierra en los próximos cientos de años”, dijo Lindsey Johnson, director del proyecto sobre objetos cercanos a la Tierra de la agencia aeroespacial.
“Si un objeto de un kilómetro impactase la tierra, tendría consecuencias globales”, como levantar una capa de polvo que bloquearía la llegada de la luz solar “por días o meses”, consecuencia totalmente catastrófica que, no obstante, se produce sólo una vez cada millón de años, sostuvo.
La NASA ya ha descubierto y catalogado alrededor del 95% de los asteroides de al menos un kilómetro de diámetro que se encuentran en la órbita de la Tierra y potencialmente capaces de causar una catástrofe planetaria, aseguró Johnson.
El meteorito de 17 metros de diámetro que cayó sobre Rusia el viernes pasado y que causó unos mil heridos no se vio con anticipación porque apareció por la cara diurna de la Tierra, según el experto.
Para el mexicano Sergio Camacho, director del Equipo de Acción de la ONU sobre objetos cercanos a la Tierra, se podrían haber evitado numerosos heridos con sencillos consejos. Johnson coincidió con él y subrayó que hay que avanzar en ciertos conocimientos básicos sobre este tipo de sucesos.
“Al igual que la gente sabe que cuando la marea retrocede (antes de un tsunami) no es un buen momento para darse un baño, se debe de saber que si ves un destello brillante en el cielo, es mejor no acercarse a la ventana porque si revienta el cristal te puede herir”, resumió.
Los expertos participan en Viena en la Subcomisión científica de la Oficina de la ONU para el Espacio Exterior, que se prolongará hasta el viernes.
Un grupo de trabajo de Naciones Unidas, bajo la dirección de Camacho, ha propuesto por primera vez en esa reunión un plan de coordinación internacional para detectar asteroides potencialmente peligrosos y, en caso de riesgo para la Tierra, preparar una misión espacial con capacidad para desviar su trayectoria.