Oni Chen, un taiwanés que estudió por un tiempo en el London College of Communication, harto de experimentar con su novia únicamente a través del teléfono, tuvo la ocurrencia de diseñar un juguete sexual con el cual tener relaciones a distancia: LovePalz.
Se trata de dos aparatos: Hera, para las mujeres, y Zeus, para los hombres, que responden exactamente a los movimientos que esté haciendo la pareja en ese momento. Si uno hace presión, el otro la siente y viceversa. Todo por 50 dólares cada uno.
Además, se necesita una aplicación, actualmente en proceso de aprobación, para poner en funcionamiento estos ‘gadgets’ y con la que ver a tu media naranja por videoconferencia. Su creador asegura que por el momento llevan casi 5.000 peticiones (más de 1.000 en el último mes).
Chen destaca que tiene todo preparado para que LovePalz se materialice durante las primeras semanas de 2013, fecha más lejana de la que se esperaba ya que muchos sitios web dedicados a promocionar nuevas apuestas tecnológicas se negaron a publicitar este artilugio.
Además han surgido en las redes sociales varios opositores que se han encargado de criticar a LovePalz. Pero su desarrollador cree firmemente en el éxito del gadget y en su aportación por mantener la chispa entre amantes separados, pese a que su propia relación haya acabado en ruptura.