Los pacientes con artritis tienen el doble de pensamientos suicidas que la población general, según un estudio efectuado en Grecia.
"La ideación suicida es común en los adultos con artritis y los médicos deberían evaluarlos con cuidado", aconsejan los autores del estudio publicado en Arthritis Care & Research.
El equipo de la doctora María Tektonidou, de la Universidad Nacional de Atenas, analizó datos sobre estadounidenses mayores de 40 años con artritis que participaron de la encuesta nacional de salud NHANES del 2007-2008.
La ideación suicida se evaluó a partir de una pregunta de NHANES: "En las dos últimas semanas, ¿con qué frecuencia se preocupó por lo siguiente: pensamientos de que estaría mejor si muriera o de lastimarse de alguna manera?".
Los autores señalaron que, mientras que la pregunta no se ocupaba específicamente de los pensamientos de intento de suicidio, siempre se utilizó para evaluar la ideación suicida y evita la falta de respuesta, como lo haría una pregunta más específica.
El 2,4 por ciento de las personas sin artritis había tenido ideación suicida, comparado con el 5,6 por ciento de las personas con artritis. El equipo aseguró que la prevalencia es similar a la hallada en diabéticos (un 6,8 por ciento) y personas con cáncer (un 5,1 por ciento).
Los pacientes con artritis y pensamientos suicidas tendían a ser no caucácicos, a tener menos nivel educativo, ser más pobres, a realizar más consultas a especialistas en salud mental, a fumar, a darse atracones con la bebida, a tener ansiedad y a sentir dolor.
Además, tenían más comorbilidades, trastornos del sueño, depresión y limitaciones para realizar actividades cotidianas. Por otro lado, la ideación suicida fue menor en aquellos que más tiempo habían convivido con la artritis, de más edad, con mayores ingresos, con amigos, que bebían con moderación y que tenían mayor nivel educativo.
En resumen, el equipo concluyó: "La depresión y la corta duración de la artritis, los atracones de bebida, el ingreso y la existencia de más de tres comorbilidades permitieron identificar a los subgrupos con alto riesgo de tener ideación suicida y que deberían ser los destinatarios de los enfoques de prevención e intervención".