A medida que el envejecimiento avanza, mantener una buena calidad de vida y prevenir problemas de salud se vuelve crucial. Un estudio liderado por el genetista Michael Snyder de la Universidad de Stanford subraya la importancia del entrenamiento de fuerza para quienes superan los 40 años. Fortalecer los músculos no solo combate el deterioro físico, sino que además previene enfermedades comunes en la mediana edad.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE EL ENTRENAMIENTO DE FUERZA?
Según Snyder, la pérdida de masa muscular, conocida como sarcopenia, es uno de los principales factores de riesgo para desarrollar enfermedades metabólicas y cardiovasculares. Con cada década, el cuerpo humano experimenta cambios que aumentan la vulnerabilidad a estos padecimientos. El estudio revela que el entrenamiento de fuerza ayuda a conservar la masa muscular y estimular hormonas que protegen el organismo.
Prevención de enfermedades: Al fortalecer los músculos, el cuerpo se vuelve más resistente frente a enfermedades cardiovasculares y metabólicas.
Mejor calidad de vida: La actividad física genera una "reserva" muscular que mejora el equilibrio y reduce el riesgo de caídas.
Estabilidad y postura: Ejercitar grandes grupos musculares contribuye a la estabilidad y mantiene una postura adecuada en la vejez.
EJERCICIOS RECOMENDADOS PARA MAYORES DE 40
Snyder, quien ha implementado estos ejercicios en su rutina personal, recomienda enfocarse en ejercicios de fuerza que activen los grupos musculares principales de forma segura y adaptada a la edad.
Sentadillas y press de hombros: Ideales para fortalecer piernas, espalda y hombros. Estos ejercicios aumentan la estabilidad y son accesibles para principiantes.
Pesos moderados y alta repetición: Para quienes recién comienzan, trabajar con pesos moderados en series de más repeticiones ayuda a mejorar la resistencia.
Consistencia antes que intensidad: En edades avanzadas, la clave es mantener una rutina constante en lugar de aumentar el peso o la dificultad de los ejercicios.
CONSEJOS PARA MAXIMIZAR LOS BENEFICIOS DEL ENTRENAMIENTO
El estudio de Stanford también sugiere que el entrenamiento de fuerza debe complementarse con otros aspectos del estilo de vida, en especial una buena nutrición que apoye la salud muscular y ósea.
Dieta rica en proteínas: Favorece la regeneración muscular y el fortalecimiento óseo.
Ejercicio adaptado a cada edad: Reducir ligeramente la intensidad del entrenamiento con el paso de los años para evitar lesiones.
Evitar el sedentarismo: Estar activo ayuda a mantener el metabolismo y mejorar el estado de ánimo.
Comenzar una rutina de entrenamiento de fuerza a partir de los 40 no solo fortalece el cuerpo en el presente, sino que también es una inversión a largo plazo en la salud, según Snyder. Con cada década, este tipo de ejercicio ayuda a prevenir los efectos del envejecimiento, permitiendo vivir una vejez más activa y menos vulnerable a enfermedades.