Las bromas pesadas a niños y niñas se han convertido en una tendencia preocupante en las redes sociales. Lo que muchos consideran entretenimiento inofensivo puede tener consecuencias profundas y duraderas en la salud mental de los más pequeños.
En la era digital, es común encontrar videos que muestran a niños sorprendidos o asustados en situaciones que, para los adultos, pueden parecer graciosas. Sin embargo, el impacto emocional y psicológico de estos actos es significativo y a menudo subestimado.
Recientemente, un video en TikTok muestra a bebés llorando mientras les lanzan una feta de queso en la cara. Aunque algunos espectadores lo encuentran divertido, expertos advierten que estas situaciones constituyen una forma de maltrato infantil. Los bebés, incapaces de comprender lo que está sucediendo, reaccionan con perplejidad y miedo. Este tipo de experiencias pueden causar altos niveles de ansiedad y estrés, dejando marcas emocionales duraderas.
El problema se agrava cuando consideramos la perpetuación de estos videos en el espacio virtual. Los niños, al crecer, pueden encontrarse con estas imágenes y revivir la humillación y el desconcierto. La confianza en los adultos, quienes deberían protegerlos, se ve erosionada. La psicóloga infantil María López afirma: "Lo que puede parecer una broma inofensiva es, en realidad, una experiencia aterradora para el niño, quien depende del mundo adulto para su seguridad y bienestar".
MUY PERJUDICIAL
Estudios demuestran que el abuso emocional y psicológico puede ser tan perjudicial como el maltrato físico o sexual. Los niños expuestos a este tipo de bromas desarrollan altos niveles de desconfianza hacia los adultos, así como problemas de salud mental como depresión, ansiedad y trastornos de conducta.
La literatura sobre maltrato infantil indica que el daño emocional puede ser incluso más severo que otras formas de abuso, afectando profundamente el desarrollo y bienestar del niño.