Según el informe, las personas con altos niveles de estrés en el trabajo presentan 4.5 veces más probabilidades de renunciar a sus puestos, independientemente de si se trata de personal ejecutivo o administrativo.
Aún más alarmante, el estudio revela que el estrés afecta de manera más severa a las mujeres, quienes a menudo deben lidiar con presiones adicionales fuera del entorno laboral, como las responsabilidades del trabajo doméstico no remunerado.
"Estos hallazgos nos brindan la oportunidad de implementar y promover políticas que respalden la salud mental, la flexibilidad laboral y el balance entre vida personal y laboral", comenta Sebastián Ausin, country manager de Buk en Perú. "Esto no solo beneficia a los trabajadores, sino que también se traduce en una mayor productividad y satisfacción en el trabajo".
Y es que cuando el estrés laboral se prolonga, tiene implicaciones negativas en la salud, el bienestar y el desempeño de los colaboradores, afectando en última instancia el rendimiento general de la organización.
(Con información de RPP noticias)