Enfermedad rara y mortal. La atresia biliar constituye la primera causa de trasplantes hepáticos pediátricos en el mundo y es una amenaza de vida para los bebés menores de 8 meses. Ocurre cuando las vías biliares, dentro o fuera del hígado, están anormalmente estrechas, bloqueadas o no están; entonces, detectarlo a tiempo puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte.
Por ello, especialistas de Essalud nos ayudan a identificar los síntomas para su pronto diagnóstico y tratamiento. “La atresia biliar lleva a tener una coloración amarillenta del bebé, la presencia de cirrosis, la incidencia de infecciones respiratorias o diarreicas que pueden derivar en una infección generalizada; llevando incluso a los infantes hasta la unidad de cuidados intensivos”, explica la Dra. Pilar Sáenz Naranjo, Gastroenteróloga pediatra del Hospital Almenara.
Todos los niños detectados con este diagnóstico oportunamente, desde el primer mes de vida, pueden ser intervenidos con la cirugía de Kasai, permitiéndole al niño desarrollarse con normalidad y en el futuro tener un trasplante de hígado. Esta intervención solo se puede realizar en los 120 primeros días de vida como máximo.
Su detección tardía hace que los infantes que la padecen tengan un daño permanente al hígado, pues esta enfermedad provoca que los conductos biliares del niño no se desarrollen correctamente, y esto hace que la bilis, no salga del organismo de manera normal y dañe el hígado. Cada día que pasa sin ser detectada, el daño aumenta.
La causa de esta enfermedad no es del todo clara, pero el diagnóstico temprano ofrece una esperanza de vida a quienes lo padecen.
Esta es una enfermedad con la que se nace, no se adquiere con el tiempo, por ello, después del mes de nacido, ya puede ser detectada en los niños. La especialista recomienda a los padres de familia estar alertas a alguna coloración amarillenta en los ojos o la piel del bebé. Precisa que el color blanco o pálido que presenten las deposiciones, es el mayor signo de alarma.
Si bien es cierto que la atresia biliar no es una enfermedad frecuente, cuando no es detectada a tiempo puede ser letal. La Dra. Sáenz explica que, si un infante con este diagnóstico no es atendido oportunamente, su posibilidad de fallecimiento se incrementa al llegar a los 2 años.
En la actualidad, hay menores de 11 a 16 años con atresia biliar que fueron operados con la técnica de Kasai cuando eran bebés. Esto les permitió una mayor expectativa de vida, mientras esperan un trasplante de hígado.
EsSalud recuerda, una vez más, la importancia de la prevención y los chequeos oportunos. Esto siempre puede hacer la diferencia, cuando se trata de preservar la vida y la salud.