Cuando la enfermedad acecha, muchas personas sucumben, abandonan sus sueños y se dejan doblegar, pero también están aquellos que a estas ‘tempestades’, buscan encontrarles un sentido o aprendizaje para que todo el dolor o sufrimiento no sea en vano.
Tal es el caso de Pepe Ricse, un abogado de 52 años y amante del ciclismo, que tuvo que vérselas cara a cara con el cáncer, aferrarse a la vida, enfrentarse a la enfermedad, para finalmente aceptarla y seguir pedaleando.
DIAGNÓSTICO: LEUCEMIA
A Pepe le confirmaron que tenía Leucemia (cáncer a la sangre) el 23 de marzo de 2019, los médicos ya le habían adelantado que cabía esa posibilidad por lo que al recibir el diagnóstico ya se encontraba “preparado para el impacto emocional”, sin embargo nos confiesa que con la noticia pensó en preparar todo para su partida y "no dejar las cosas desorganizadas”.
Con la confirmación de Leucemia Linfoblástica Aguda, que además era de una variedad bastante atípica en personas de su edad (Tipo B), inició sus quimioterapias y su estado físico comenzó a deteriorarse, por si fuera poco, un hongo se alojó en su pulmón izquierdo lo que dañó aún más su salud y lo llevó a estar 62 días internado en el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN) en Lima.
Tras una dura batalla, finalmente logró el alta médica, pero dejó el hospital con 22 kilos menos y sin poder caminar ni siquiera 300 metros. Fueron, durante esos más de dos meses en cama, que Pepe reflexionó mucho y concluyó que efectivamente, “tu cuerpo se puede deteriorar (con la enfermedad), pero si tu mente se deteriora, ahí sí pierdes”.
Actualmente Pepe sigue en tratamiento y es un paciente en etapa de sostenimiento. Su enfermedad está controlada.
“AQUÍ ESTOY CANGREJO”
Al inicio del internamiento, Pepe hacía mucha introspección, pensaba, reflexionaba y hablaba bastante consigo mismo y nos confesó que llegó a ‘personalizar’ a su propio cáncer, y hasta le puso un nombre, lo llamó Cangrejo, e incluso comenzó a hablarle.
Estas ‘comunicaciones’ inicialmente, nos narra Pepe, eran de confrontación, “Yo lo puteaba”, y renegaba “¿Por qué a mí?, le decía”. Él no aceptaba la situación y se enfrascó en una lucha emocional tenaz contra su enfermedad; pero pasó el tiempo y Pepe fue creciendo mental y espiritualmente por lo que comenzó a aceptarla y a buscarle un sentido.
Hoy asegura que él y su enfermedad son aliados ahora, que existe una relación de “respeto mutuo”, pues finalmente “lo aceptè y entendí que estamos juntos en este proceso”. A estas alturas, Pepe ya no le teme a su mal y hasta lo ‘pecha’ y le dice “aquí estoy cangrejo”.
Puede parecer un poco tirado de los cabellos, pero esta relación aparentemente le ha funcionado a Pepe quien hoy ha retomado su vida y una de sus mayores pasiones: el ciclismo. Hoy Pepe, a través de su testimonio, busca promover la importancia de la actividad física y de no dejarse paralizar, pues descubrió que el secreto en la vida está en “seguir moviéndose”.
EL CICLISMO COMO UN SALVAVIDAS
Cuando fue internado, Pepe tuvo que dejar el ciclismo temporalmente, pero tenía claro que lo iba a retomar, así que muy progresivamente y en contra de lo que muchos le aconsejaban fue volviendo a su actividad en esta disciplina muy cautelosamente. Él sabía que todo iba a fluir bien, ya que se considera una persona “irresponsablemente optimista”.
Ahora, más de dos años después, ha retomado por completo el ciclismo y realiza importantes recorridos. Pero esto no es por puro gusto, Pepe ahora persigue un ideal más poderoso que lo hace pedalear cada vez más fuerte y lo lleva cada vez más lejos. Pepe quiere que su experiencia sirva a otras personas para que no se dejen doblegar por la enfermedad y sigan adelante, “porque los médicos cumplen su trabajo, las medicinas hacen su efecto, las enfermeras te asisten en todo, pero eres tú quien tiene que levantarse”, nos menciona.
Pepe no solo busca ayudar a las personas que atraviesan por enfermedades duras como el cáncer, también le interesa promover a nivel turístico lo que ahora considera su hogar, el valle Alto Mayo en Moyobamba, y del cual se siente muy agradecido por todo el apoyo y respaldo que ha recibido.
NUEVOS RETOS
Pepe nos reitera lo importante que es “no dejar de movernos” y seguir pedaleando a pesar de lo difícil que se pueda mostrar el panorama.
Bajo su lema ‘Aquí Estoy Cangrejo’, Pepe da el ejemplo y no deja de moverse y se ha puesto nuevos retos, por eso este domingo 15 de agosto iniciará un recorrido en bicicleta desde Moyobamba hasta Tarapoto, lo que es una ruta de 120 kilómetros. Él ha hecho lo que denomina “una invitación de vida”, para que todos los que lo siguen o conocen, lo acompañen a la distancia enviándoles sus mejores vibras y buenos deseos para concretar este recorrido exitosamente.
Pero el tema no queda ahí, Pepe también tiene planeado llegar hasta Machu Picchu caminando desde la ciudad del Cusco, siguiendo la ruta inca de tres días, sin embargo esto aún lo tiene pensado para el próximo año, 2022.
Pepe quiere mostrarle al mundo que ni siquiera en las situaciones más adversas debemos dejar que el miedo o la incertidumbre nos paralicen, que siempre hay algo que hacer, siempre hay que seguir avanzando y nunca dejar de moverse. Ya lo decía Albert Einstein: “La vida es como montar bicicleta, para seguir en equilibrio hay que seguir pedaleando”.
Si deseas conocer más de la historia de Pepe, puedes seguirlo en su cuenta de Facebook, donde constantemente sube contenido de sus recorridos y proyectos, encuéntralo como: facebook.com/pepericseriojamoyobamba