La pasada semana una noticia entusiasmó a muchos caballeros alrededor del mundo. Se trataba del Vasalgel, un anticonceptivo que, según se dice, dejaría atrás al condón masculino. Este llegaría al mercado en el 2017.
El gel bloquearía los espermatozoides para impedir que estos fecunden los óvulos y, a decir de los especialistas, ofrece resultados prometedores. Sin embargo, muchos de los hombres que aplauden esta revolución en la industria, tal vez hayan pasado por alto algo importante.
La columnista del diario The Guardian, Jessica Valenti, resalta (y con razón) que Vasalgel es una inyección, y no cualquiera, sino una que se aplica en el pene, algo que posiblemente no sea del agrado de todos.
“Así que disculparán mi inquietud cuando me dicen que la siguiente revolución en anticonceptivos masculinos no se trata de algo que los chicos tengan que usar, sino de algo que ellos tendrían que inyectarse con gusto… y no en el brazo”.
Y es que este polímero no hormonal actúa sobre los conductos del esperma luego de inyectarse en el conducto deferente que transporta los espermatozoides desde el epidídimo hasta los conductos eyaculadores.
Pese a que esta intervención funciona como una vasectomía reversible, otro punto es que no protege de las enfermedades de transmisión sexual. “El gran milagro de la anticoncepción masculina sólo funcionará si los hombres abren las piernas a la aguja del doctor”, sentencia.
Sea cual sea la respuesta, la pregunta de Valenti es bastante válida: ¿si un hombre se niega a ponerse un condón…dejará que un doctor lo inyecte en el pene? Según datos del Centro de Control de Enfermedades, de 2006 a 2010 el uso del condón en los hombres bajó en 4%.
Pero la peor cifra se la llevan los adolescentes: ellos han dejado de usar el condón en un 50% por el aumento de otros anticonceptivos entre las mujeres, como los hormonales y el Dispositivo Intrauterino (DIU). Es decir, mientras algunas se cuidan más, ellos lo hacen menos.
Las pruebas del Vasalgel en humanos empezarían en 2016.