Dormir bien es fundamental para la salud, y tanto el colchón como la almohada juegan un papel importante en asegurar un descanso de calidad. Sin embargo, con el tiempo, estos productos se desgastan, afectando su capacidad para brindar el soporte necesario y, en consecuencia, perjudicando nuestro sueño y bienestar físico.
"Es muy importante el lugar donde nosotros dormimos, y el colchón juega un rol crucial para ese reposo y descanso. Si su colchón presenta deformidades o ha perdido firmeza, es hora de cambiarlo", explicó el doctor Marco Almerí, especialista en salud pública, a Préndete. Los colchones, además de perder su capacidad de soporte, pueden acumular ácaros, polvo y bacterias con el paso del tiempo, lo que afecta nuestra salud, especialmente en personas con alergias o problemas respiratorios.
¿CADA CUÁNTO DEBEMOS CAMBIAR DE COLCHÓN Y ALMOHADA?
Los expertos recomiendan cambiar el colchón cada 3 a 5 años, dependiendo de la calidad y el uso. "El colchón de mejor calidad puede usarse durante 5 años. Después de este tiempo, empieza a presentar deformidades, rigidez o ruidos que interfieren con el buen descanso", advirtió Almerí.
En cuanto a las almohadas, su duración es aún menor. "El tiempo máximo de duración de una almohada es de 2 años, pero en algunos casos es necesario cambiarlas al año, dependiendo del material", señaló el doctor.
El mal estado de estos productos puede llevar a problemas como dolores de espalda y cuello, insomnio y despertares frecuentes durante la noche. Renovar periódicamente el colchón y la almohada no solo mejora la calidad del sueño, sino que también contribuye a un mejor rendimiento diario y evita dolores crónicos.