El viernes Nadine Heredia tuvo que aceptar la verdad de una investigación periodística. No lo hizo con contrición, por habernos mentido a todos, sino (como seguramente se comprobara más adelante) como parte de una estrategia para impugnar el contenido, todo lo que revelan sus agendas, ante un juez.
¿Cuál es esta estrategia, qué pasos ha seguido la primera dama desde la publicación del reportaje el 16 de agosto de este año y por qué aceptarlo recién esta semana?