El negocio de los servicios delivery cada vez es más popular, pero también ya empieza a dar señales de peligrosidad, al parecer por la falta de control.
No solo el creciente aumento de vehículos motorizados en toda la ciudad ha molestado a muchos, sino la ausencia de fiscalización en los productos que se entregan, por ejemplo, el reparto de licores a menores, el traslado de artículos peligrosos como armas, entre otros.
Panorama puso a prueba la fragilidad de este sistema y obtuvo resultados que definitivamente le sorprenderán.