Una estratégica esquina, un transitado paradero, o incluso los buses de Lima pueden ser el lugar propicio para que la creatividad de un supuesto mendigo no tenga límite y se valga de cualquier artimaña para obtener dinero.
Aparentan ser personas desamparadas, curtidos en la miseria del hambre, pero en realidad son personas que han encontrado en la compasión la forma perfecta para obtener dinero fácil.
Para algunos, incluso, la actividad de indigencia puede llegar a ser tan rentable como un trabajo formal. A continuación, en Panorama, sepa cómo operan los falsos mendigos para conseguir limosnas en las calles de la ciudad.