Tres sospechosos de la desaparición de la venerada cruz de Motupe, en Lambayeque, fueron llevados esta tarde a la ciudad de Chiclayo para ser interrogados por este caso, informó el jefe de la II Dirección Territorial Policial (Dirtepol), general Carlos Vallejos Passano.
Según dijo, el traslado se llevó a cabo por la propia seguridad de estas personas, en vista de que la gente del distrito de Motupe siente mucha molestia por lo sucedido.
Los interrogatorios se realizan en la sede de la División de Investigación Criminal (Divincri), con presencia de representantes del Ministerio Público.
La prensa local identificó a los presuntos involucrados como Benicio Díaz Coronel y Julián Purihuamán Ayala (ambos vigilantes del lugar) y Tomás Ventura Flores.
Para el general Vallejos, resulta "imposible" que los vigilantes no se hayan dado cuenta del robo de la cruz, pues, incluso, en el camino de salida de la gruta se encuentra el dormitorio de estos.
“Según versión de ellos mismos, a las cuatro de la mañana uno se levantó y fue a ver hacia el lado izquierdo el agua bendita sin notar ninguna anormalidad, a las siete el otro verificó que todo se encontraba aparentemente con normalidad”, indicó.
Vallejos Passano recordó que para el ingreso al lugar hay dos candados en la parte exterior y tres en el interior; los primeros a cargo de los vigilantes y los últimos en poder de la hermandad. Ninguno de los candados fue violentado.
“No hubo violencia, por lo que es un hurto, es imposible que se produzca ese tipo de hurtos en ese lugar que queda en la cima de un cerro, donde se escucha hasta el viento. Ellos (los vigilantes) dicen que no escucharon nada”, manifestó.
Tras referir que la cruz mide 2.5 metros y pesa 80 kilos, el oficial comentó que se bloquearon las salidas hacia Cajamarca, Trujillo y Piura, en coordinación con la Policía de Carreteras. “La cruz está acá (en Motupe)”, estimó.