La delincuencia organizada golpea con fuerza a la industria musical en el país. Algunas agrupaciones serían obligadas a presentarse sin recibir pago alguno, ya que extorsionadores les exigen quedarse con el total de lo recaudado en los eventos. La grave denuncia fue realizada por el secretario general de APDAYC, Armando Massé, quien alertó sobre el avance de esta modalidad delictiva que pone en riesgo el trabajo de miles de músicos.
EXTORSIONADORES EXIGEN QUEDARSE CON TODA LA TAQUILLA
En entrevista con Exitosa, Massé afirmó que las bandas criminales han dejado de pedir solo “cupos” y ahora pretenden quedarse con todos los ingresos de los conciertos. “Hay agrupaciones que son obligadas a tocar gratis. O sea que estas organizaciones ya no solamente te quieren cobrar un 'cupo', sino que la ambición es grande y sobre todo en estos sectores, cuando ellos lo que quieren es toda la recaudación de una fiesta”, alertó.
Señaló también que la Policía Nacional del Perú conoce esta situación, pero no ha actuado con contundencia en los últimos 10 años, lo que ha permitido el crecimiento del delito. Según recordó el titular de APDAYC, Christian Yaipén del Grupo 5 denunció que la orquesta es víctima de extorsión desde hace dos años. La situación se ha vuelto insostenible para muchos artistas, quienes ya evalúan dejar de trabajar por temor a represalias.
MÚSICOS PIDEN RENUNCIA DEL MINISTRO DEL INTERIOR
Eufenio Tocto Salvador, vicepresidente de la Asociación de Músicos de Piura, declaró que varios grupos dejarán de trabajar si el Gobierno no toma medidas urgentes frente a la inseguridad. "Esto va a generar pérdidas económicas enormes", afirmó. Además, exigió la salida del ministro del Interior, Juan José Santiváñez, y pidió a la presidenta Dina Boluarte que convoque a elecciones “por dignidad”.
En medio de esta crisis, hoy 21 de marzo se realizará la marcha nacional “Por la paz y la justicia”, convocada en Piura y Lima, desde las 4:00 p. m. en la Plaza de Armas de Piura y 5:00 p. m. desde la Plaza San Martín en el Centro de Lima, como muestra del hartazgo de la ciudadanía ante el avance de la criminalidad que amenaza incluso a la cultura y el entretenimiento.
