De acuerdo a una investigación revelada por el programa ‘Al estilo Juliana’, el presidente ejecutivo del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), Manuel Manrique Ugarte, ofreció viáticos y un puesto de trabajo a dos mujeres a cambio de supuestos favores sexuales
Según el programa periodístico, el funcionario de la OEFA -institución ligada al Ministerio del Ambiente- habría negociado tener intimidad con dos mujeres. Primero fue con una trabajadora de la sede de Huaraz de la OEFA, a quien le pidió encontrarse en Lima. Incluso le depositó 300 soles como parte de viáticos, y le solicitaba a la joven, identificada como Angélica Shirley Toledo Sánchez, mantener relaciones sexuales.
“Disculpa, este trabajo es así. Yo me iba a salir más temprano, pero me pescaron aquí en la oficina”, se lee en un chat de WhatsApp del último sábado 9 de julio. Posteriormente, la trabajadora responde: “No se preocupe, ingeniero. Me la debe. Tal vez mañana podemos encontrarnos. Quiero saludarlo”.
“Para reunirnos a eso de la una. Un traguito. Y música, y castigo para el que pierde. Hacemos preguntas (…). Palmadas. Antes así castigaban en el colegio”, agregó el titular de la institución ambiental.
En otra conversación de WhatsApp, otra mujer le solicita a Manrique Ugarte a que le haga un favor para que su hermano sea contratado como trabajador en la entidad de fiscalización ambiental. En los chats, el funcionario le confirma que su hermano Luis Alberto Flores León ha sido contratado en el servicio de asistencia de control patrimonial en la unidad de abastecimiento de la OEFA, con un sueldo de 4 mil soles.
Más adelante, en otros mensajes, Manrique le comunica a la joven que ahora “espera su regalito”, haciendo referencia a un favor sexual, por lo cual le pide que se encuentren en un hotel en el distrito de Lince.
SE DEFIENDE
El presidente ejecutivo de la OEFA se defendió sobre los chats y negó tener alguna relación con alguna subordinada de la entidad; además rechazó en ofrecer algún trabajo a cambio de favores sexuales. No obstante, admitió que las conversaciones por WhatsApp son reales.
“Lo que ocurre como cualquier hombre, una chica le pide salir, no le voy a decir que no puedo salir porque estoy casadito. Esa señora no está casada (...) Eso no significa que alguien esté haciendo algo malo. Una chica te manda un piropo yo le voy a decir sí, dónde nos encontramos, le voy a decir así porque no quiero que piense que a mi edad soy maricón. ¿Está mal eso? Le confieso de hombre a hombre, es ¿algún pecado? Es como cualquier hombre, pero yo jamás en mi vida he faltado el respeto a alguien”, explicó el funcionario.