Un militar estadounidense, acusado por el brutal asesinato de tres civiles desarmados en Afganistán el año pasado, fue condenado a cadena perpetua, informó esta mañana la cadena de noticias CNN.
Calvin Gibbs, considerado el líder de un grupo de cinco soldados llamado “Kill Team”, fue hallado culpable de la masacre perpetrada por puro instinto asesino. Los civiles afganos fueron asesinados con fusiles y granadas, luego se les cercenaron los dedos y extraían los dientes como “trofeo”.
El soldado, que reconoció haber mutilado a los asesinados, compareció ante un tribunal castrense en la base militar de Lews-McChord en el estado de Washigton. El jurado lo declaró culpable tras cuatro horas de deliberaciones.
Los asesinatos ocurrieron entre enero y mayo de 2010 en la provincia afgana de Kandahar, donde el joven de 26 años operaba junto a los demás inculpados como soldado de infantería.
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