Durante su primera cena con los cardenales tras ser elegido como Sumo Pontífice, el papa León XIV rompió el protocolo con una muestra de sencillez y calidez que no pasó desapercibida. En medio de la conversación, y en tono de broma, recordó una llamada desde Perú: “Me han dicho que ahora hay 4 001 especies de papa, porque hay un nuevo Papa”. La frase, que provocó risas entre los presentes, fue compartida por el cardenal Cristóbal López, arzobispo de Rabat, quien destacó el fuerte vínculo del nuevo Papa con nuestro país.
El cardenal López señaló que, aunque conocía poco al entonces cardenal Robert Prevost antes del cónclave, con el tiempo descubrió en él a un líder sereno, humilde y profundamente humano. “Perú es su patria”, afirmó, al recordar los casi 40 años que el nuevo Papa vivió en Chiclayo como misionero, párroco y obispo. Esa conexión no solo se refleja en su memoria afectiva, sino también en la sencillez de su estilo, que ha llamado la atención en sus primeras apariciones públicas como Papa.
TRANQUILO Y CERCANO
El testimonio de López revela detalles que humanizan al pontífice desde el primer momento: en la cena con cardenales, León XIV preguntó dónde podía sentarse y, al recibir libertad para elegir, optó por una mesa al fondo. Allí invitó a compartir la velada con varios prelados, y entre bromas y conversaciones personales, dejó ver su carácter tranquilo y cercano. “Tiene un punto de timidez, pero también sentido del humor”, relató el arzobispo de Rabat.
Durante la charla, hablaron de su familia, del origen de su nombre pontificio y de la importancia de su paso por América Latina. En sus propias palabras, León XIV se mostró agradecido con el pueblo peruano y con los años que vivió en el país andino, donde forjó gran parte de su identidad pastoral y espiritual.
PAZ, HUMILDAD Y PARTICIPACIÓN: LAS CLAVES DE SU PONTIFICADO
Más allá del gesto anecdótico, el Papa ha marcado desde el inicio un rumbo claro para su pontificado. En sus primeras intervenciones públicas, hizo un llamado enfático a la paz mundial, mencionando los conflictos en Ucrania, Gaza y otros lugares. También pidió a los medios ejercer una “comunicación desarmante”, y reiteró su voluntad de continuar el camino sinodal iniciado por su predecesor.
El cardenal López concluyó que la Iglesia necesitaba una figura como la de León XIV: humilde, equilibrada y capaz de promover la participación de todos. Su paso por Perú no solo le dejó memorias y amistades, sino también una visión pastoral que hoy comienza a impregnar al Vaticano desde lo más alto.