El miércoles 14 de mayo, el sacerdote chiclayano Edgard Iván Rimaycuna hizo su primera aparición pública en el Vaticano como secretario personal del papa León XIV. El momento se produjo durante la audiencia a las Iglesias orientales por su Jubileo, realizada en el Aula Pablo VI, donde se le vio a su lado, organizando los documentos del discurso, acomodando el micrófono y tomando asiento junto al pontífice. Aunque su nombramiento no ha sido confirmado oficialmente, su rol quedó evidenciado ante los ojos del mundo católico.
A sus 36 años, Rimaycuna se convierte en uno de los peruanos con un rol más cercano al Sumo Pontífice. Su trayectoria eclesiástica comenzó en el Seminario Mayor Santo Toribio de Mogrovejo, en Chiclayo, donde fue discípulo del entonces obispo Robert Prevost, actual prefecto del Dicasterio para los Obispos. La sólida relación entre ambos fue clave para que Rimaycuna acompañara a Prevost al Vaticano y, más adelante, ingresara al entorno directo del nuevo Papa.
UN PERUANO AL LADO DEL PAPA
Aunque ya se le había visto acompañando al Papa León XIV en visitas fuera del Vaticano, esta fue su primera intervención en una ceremonia oficial. Su aparición no pasó desapercibida entre los asistentes, ya que su papel fue claro: asistente directo, organizador de la escena y figura visible en un evento protocolar. La escena confirmó lo que muchos en la Iglesia ya sospechaban: el joven sacerdote peruano forma parte del círculo de mayor confianza del pontífice.
El propio Rimaycuna ha manifestado la emoción de dejar su natal Chiclayo para unirse al Vaticano. “Dejé Chiclayo con nostalgia, pero con la certeza de que seguiré trabajando junto a un amigo y guía para el bien de la Iglesia”, expresó. Su presencia en Roma no solo representa una oportunidad personal, sino también un símbolo del creciente protagonismo del clero peruano en los más altos niveles de la Iglesia católica.
DE CHICLAYO AL CENTRO DEL MUNDO CATÓLICO
La designación no oficial de Rimaycuna refleja también la visión del Papa León XIV de rodearse de jóvenes con vocación, formación y compromiso pastoral. El sacerdote representa una nueva generación de líderes religiosos que combinan cercanía, humildad y preparación. Su aparición en el Vaticano marca un hito tanto para la Iglesia peruana como para su propia historia, abriendo paso a una nueva etapa de influencia latinoamericana dentro del corazón del catolicismo.
