El expresidente Donald Trump, en su carrera por volver a la Casa Blanca, ha lanzado una controvertida propuesta: solicitar al Congreso que apruebe la pena de muerte para cualquier migrante convicto de asesinar a un ciudadano estadounidense. La declaración, hecha durante un mitin en Greensboro, Carolina del Norte, refuerza su dura postura en contra de la inmigración, un tema que ha sido central en su campaña.
UNA PROPUESTA QUE GENERA CONTROVERSIA
Durante su discurso de casi dos horas, Trump insistió en que la inmigración es la principal preocupación de los estadounidenses, incluso por encima de la economía. “Tenemos que hacerlo… estoy pidiendo la pena de muerte para cualquier migrante que mate a un ciudadano estadounidense o a un agente de las fuerzas del orden”, afirmó el exmandatario ante miles de seguidores. Esta propuesta extrema ha generado un debate sobre el futuro de las políticas migratorias en Estados Unidos.
A pesar de que Trump argumentó que la inmigración es el tema más importante, una reciente encuesta de Gallup reveló que la economía sigue siendo la principal preocupación para la mayoría de los votantes.
PROMESAS DE DEPORTACIONES MASIVAS
En su discurso, Trump no solo abogó por la pena de muerte, sino que también prometió deportaciones masivas si vuelve a ser presidente. Según él, bajo su mandato, quienes regresen al país después de haber sido deportados recibirían un castigo de 10 años de prisión. Esta promesa refuerza su discurso sobre la “crisis en la frontera” y el supuesto ingreso de criminales, una retórica que ha utilizado constantemente desde su primera campaña en 2016.
Además, Trump no desaprovechó la oportunidad para criticar a su oponente, la vicepresidenta Kamala Harris, acusándola de “abrir las fronteras” y de ser “perezosa”, en referencia a su manejo de los asuntos migratorios.