El rapero estadounidense Sean "Diddy" Combs o Puff Daddy se encuentra en el centro de una tormenta legal tras ser acusado por 120 personas de abuso sexual y explotación. Entre los denunciantes, 25 eran menores de edad durante los supuestos incidentes, según informó el abogado Tony Buzbee. Combs se ha declarado no culpable, pero las nuevas demandas aumentan la gravedad de su situación.
UNA RED CRIMINAL BAJO EL MANDO DE DIDDY
Los fiscales federales acusan a Combs de ser el cabecilla de una empresa criminal dedicada al abuso sexual. Según los cargos, las mujeres eran obligadas a tener relaciones bajo amenazas de violencia, inseguridad económica o la destrucción de su reputación. Entre los detalles más preocupantes, se menciona que en muchos casos, las víctimas fueron drogadas en fiestas organizadas por el músico.
Combs fue detenido el pasado 16 de septiembre, y desde entonces, se le ha negado la libertad bajo fianza. Las acusaciones, que provienen de distintos estados, señalan un patrón sistemático de explotación que ha sacudido tanto a la industria musical como a la opinión pública.
ABUSO A MENORES Y MODUS OPERANDI DE LAS FIESTAS
Las nuevas demandas incluyen testimonios de víctimas que afirman haber sido agredidas en eventos organizados por el rapero, en los que supuestamente se utilizaba alcohol y drogas para incapacitar a los asistentes. Buzbee, abogado de las víctimas, declaró que en el 90 % de los casos, las personas afectadas fueron drogadas antes de ser sometidas a abusos sexuales.
Sean Combs, también conocido como Puff Daddy o P. Diddy, fue una de las figuras más prominentes del hip-hop en los años 90, pero su legado está ahora en entredicho debido a este creciente escándalo judicial. Los próximos meses serán clave para determinar el futuro del rapero de 54 años, quien podría enfrentarse a serias consecuencias legales si se confirman los cargos.