Un reciente estudio de la Universidad de Chicago, publicado en la revista Science, reveló que la disminución de las poblaciones de murciélagos en Estados Unidos ha contribuido indirectamente al aumento de la mortalidad infantil en el país. Este fenómeno ocurrió debido al incremento del uso de pesticidas por parte de los agricultores, quienes buscaban controlar las plagas de insectos tras la desaparición de estos mamíferos, que son fundamentales para el control natural de plagas.
El estudio, dirigido por el investigador Eyal Frank, señala que la enfermedad conocida como síndrome de la nariz blanca, que afecta a los animales alados, ha sido devastadora desde su aparición en 2016. El hongo causante de este mal interrumpe la hibernación de los murciélagos, obligándolos a buscar alimento en invierno, lo que agota sus reservas de energía y, en muchos casos, provoca su muerte.
Frank descubrió que en las áreas donde la población de murciélagos se redujo, el uso de pesticidas aumentó en un 31%, lo que coincidió con un incremento del 8% en la mortalidad infantil, sumando 1,334 muertes adicionales. El investigador sugiere que la contaminación del agua y el aire por estos químicos podría haber sido responsable de la exposición de los seres humanos a sustancias tóxicas.
IMPORTANTES PARA CONTROL DE INSECTOS
Este hallazgo refuerza la necesidad de proteger a los murciélagos, que desempeñan un papel importante en los ecosistemas al controlar la población de insectos. Además, Frank advirtió que la pérdida de biodiversidad, como en este caso, puede tener graves consecuencias para la salud humana.
Cabe mencionar, que no es la primera vez que se observan efectos negativos en la salud humana por la pérdida de biodiversidad. Casos similares en Centroamérica, donde la disminución de anfibios y serpientes ha incrementado la incidencia de malaria, refuerzan la conexión entre la conservación de especies y la salud pública.