La decisión de cancelar los eventos de Taylor Swift, programados del 8 al 10 de agosto, llega tras una operación antiterrorista que culminó con la detención de dos presuntos terroristas en Austria.
Las autoridades, tras investigar a los detenidos, descubrieron planes concretos para atacar durante los conciertos de la cantante estadounidense en el estadio Ernst Happel, lo que precipitó una alerta de seguridad máxima.
Franz Ruf, Director General de Seguridad Pública, informó sobre el hallazgo de sustancias químicas y otros materiales destinados a fabricar explosivos en la vivienda de uno de los arrestados.
A pesar de los esfuerzos de las fuerzas de seguridad para reforzar la vigilancia y garantizar la seguridad del evento, el equipo de Taylor Swift, junto con los organizadores de Barracuda Music, optó por cancelar los conciertos.
Gerhard Pürstl, director de la Policía estatal de Viena, expresó que, aunque el dispositivo de seguridad estaba preparado para cualquier eventualidad, la prioridad es garantizar la integridad física de los 170,000 asistentes esperados y del personal involucrado. El reembolso de las entradas será procesado automáticamente en los próximos diez días laborales, aseguraron los organizadores.
ANTECEDENTES DE INSEGURIDAD
Este incidente resalta la vulnerabilidad de eventos masivos a amenazas de terrorismo en Europa. Viena, en particular, ha sido escenario de varios actos terroristas en años recientes, incluyendo el ataque en noviembre de 2020 que dejó cuatro víctimas mortales y el arresto de sospechosos en diciembre pasado que planeaban un ataque en la catedral de San Esteban. Estos antecedentes ponen de relieve la constante necesidad de vigilancia y medidas de seguridad estrictas para proteger al público en eventos de gran escala.