Al menos 15 personas murieron este lunes en Bagdad, donde también se oyeron disparos de obuses y armas automáticas, después de que el líder chiita Moqtada Al -Sadr anunciara sorpresivamente su “retirada definitiva” de la política en Iraq.
La mayoría de los fallecidos serían manifestantes afines a Al-Sadr, según la agencia de noticias oficial NINA, que ha confirmado cargas policiales en la Zona Verde de la capital iraquí, donde se encuentran las principales instituciones.
Las fuerzas de seguridad en Iraq han utilizado gases lacrimógenos y también fuego real para contener a los manifestantes, antes de que los líderes políticos apelasen a la contención de todas las partes. Entre las instituciones asaltadas está el edificio que alberga la oficina del primer ministro.
INFLUENCIA DE AL-SADR
Al Sadr, que llevaba semanas movilizando a sus cientos de miles de simpatizantes en Bagdad hasta el punto de haber tomado en dos ocasiones el Parlamento, exigía la convocatoria de nuevas elecciones tras diez meses de fracaso para formar Gobierno. Cientos de partidarios de Al-Sadr invadieron el Palacio de la República, donde tiene su sede el consejo de ministros.