Las operaciones de vuelo del Observatorio Estratosférico para Astronomía Infrarroja (SOFIA) serán suspendidas en septiembre de este año. Así lo decidió la NASA y su homóloga alemana, DLR. Los datos científicos adquiridos por SOFIA están disponibles en los archivos para los astrónomos de todo el mundo.
En un comunicado, informó que el Boeing 747 SP, que se convirtió en un observatorio de astronomía infrarroja, completó su misión principal de cinco años en 2019 y se prorrogó por otros tres años. Alemania suministró el único telescopio aerotransportado de 2,7 metros del mundo, incorporado al fuselaje de SOFIA.
A cambio, a grupos de científicos de Alemania se les asignaron unos 30 vuelos científicos durante el año. La NASA compró el Boeing 747 de segunda mano y lo convirtió para la instalación del telescopio. De igual forma, opera el observatorio desde Palmdale en California, la base de operaciones de SOFIA.
HISTORIAL CIENTÍFICO
Desde 2014, SOFIA ha realizado aproximadamente 100 vuelos científicos al año. Durante estos vuelos se observaron objetos astronómicos, principalmente en la Vía Láctea. El observatorio infrarrojo se especializa en observaciones en el infrarrojo lejano.
La primera molécula que se formó en el Universo hace casi 14 mil millones de años, el hidruro de helio, se detectó por primera vez usando SOFIA en 2019. Esto se logró usando el instrumento German Receiver for Astronomy at Terahertz Frequencies (GREAT).
SOFIA también ha explorado cómo evolucionan las galaxias y cómo se forman las estrellas y los sistemas planetarios a partir de nubes de polvo y moléculas interestelares. Esto fue posible gracias al telescopio especial desarrollado y fabricado en Alemania.
SOFIA puede utilizar seis instrumentos científicos diferentes, tres de los cuales se desarrollaron en Alemania: dos instrumentos de infrarrojo lejano y un instrumento óptico. El observatorio aerotransportado está estacionado en Palmdale, California.
PRESENCIA DE AGUA EN LA LUNA
Sin embargo, también se ha utilizado para observaciones astronómicas en todo el mundo, más recientemente desde Chile en marzo de 2022 y desde Colonia en marzo de 2021. En 2020, la NASA confirmó la presencia de agua en la Luna, gracias a su avión-telescopio.