El G7 pidió "medidas urgentes", mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió el lunes que la variante ómicron de la COVID-19, que se detecta en cada vez más países, presenta "un riesgo muy elevado" para el mundo.
Los ministros de Sanidad de Estados Unidos, Canadá, Alemania, Francia, Italia, Japón y Reino Unido reconocieron la importancia de garantizar el acceso a las vacunas, en una reunión convocada de urgencia.
Por tal motivo remarcaron la necesidad de "preparar" a los países para recibir las dosis, con "asistencia operativa, cumpliendo nuestros compromisos de donación, abordando la desinformación sobre las vacunas y apoyando la investigación y el desarrollo".
RIESGO PARA EL MUNDO
A través de un comunicado conjunto difundido tras la reunión, los ministros elogiaron a Sudáfrica por detectar y alertar oportunamente de la nueva variante.
Poco antes, la OMS advirtió que la nueva variante suponía un "riesgo muy elevado" para el mundo, aunque reconoció también que hay muchas incógnitas sobre su letalidad, síntomas o la protección de las vacunas.
Recordó que hasta el momento no se ha registrado ninguna muerte por dicha variante. El órgano de decisión supremo de la OMS, la Asamblea mundial de la salud, se reunió desde el domingo hasta este martes.
Sus miembros acordaron negociaciones para crear un instrumento internacional para prevenir y combatir mejor las futuras pandemias.