Una monja católica se arrodilló y suplicó a los policías de Myanmar, para que no disparara contra los manifestantes. La mujer les pidió que no recurrieran a la violencia, o que le disparen a ella pero no a la multitud.
La foto de la religiosa arrodillada frente a un grupo de policías en la ciudad de Myitkyina, tuvo lugar en medio de protestas masivas que rechazan el golpe militar, que se registró el pasado 1 de febrero.
La Policía y el Ejercitó reprimen hasta hoy, en distintas ciudades del país, movilizaciones con gases lacrimógenos, cañones de agua y armas con munición real, que deja decenas de muertos, heridos y detenidos.
Cabe señalar que a pesar de la intervención de la religiosa, la Policía y las Fuerzas Armadas abrieron fuego contra la multitud, en su mayoría jóvenes. De acuerdo con rescatistas locales, dos personas murieron.