Científicos responsables del ensayo 'Recovery' acaban de anunciar que el fármaco tocilizumab reduce un 4% la mortalidad de personas ingresadas con infecciones graves por COVID-19. Y señalaron que este tratamiento, administrado junto a la dexametasona, reduciría la mortalidad de los pacientes un tercio, y un 50% en el caso de los más graves.
“Ahora sabemos que este medicamento ayuda a todos los enfermos con niveles bajos de oxígeno y que ya sufren una inflamación avanzada”, explicó Peter Horby, experto en enfermedades emergentes de la Universidad de Oxford, quien también señaló que "el impacto combinado de los dos medicamentos es impresionante y muy bienvenido”.
Este nuevo tratamiento es efectivo cuando ya ha comenzado la fase grave del coronavirus. Los dos fármacos mencionados son los únicos que han demostrado salvar vidas contra la COVID-19 y también demuestran ahora reducir el tiempo de estancia hospitalaria y evitar la necesidad de respiradores mecánicos.
“El beneficio es modesto, pero dadas las pocas herramientas terapéuticas de las que disponemos este es un fármaco que hay que usar” indicó el experto.