Más de nueve mil corredores, todos residentes en China, desafiaron el último domingo al Covid-19 para recorrer los 42.195 metros de la maratón de Shanghái, distinguida con la etiqueta Platino (máxima categoría) por World Athletics.
Los corredores tuvieron que pasar un test de coronavirus, antes de ser inscritos y estaban obligados a llevar mascarillas antes y después de la carrera, aunque muchos conservaron el tapabocas durante todo el recorrido.
En la salida, mediante un sistema de reconocimiento facial, se comprobó la identidad, la temperatura y el código de salud de todos los participantes, quienes partieron por grupos para evitar las aglomeraciones.
Los organizadores modificaron el itinerario para terminar en el West Bund Art Center junto al río Huangpu en lugar de hacerlo, como otros años, en el estadio de la capital. Además de los deportistas, el evento reunió a miles de personas.