Un sector de los activistas pro democracia en Hong Kong, analizan formar un parlamento en el exilio, que mantenga encendida la llama de las reivindicaciones, según explicó Simon Cheng, uno de los dirigentes de las manifestaciones, a la agencia Reuters.
Estos días, las reacciones occidentales a la ley de Seguridad Nacional centraron todo el trabajo del Ministerio de Exteriores chino, ante la oleada de críticas de La Unión Europea, Japón, Estados Unidos, Reino Unido, entre otros países.
La nueva ley que China ha impuesto en Hong Kong busca, según los activistas, acabar con la oposición al gobernante Partido Comunista en la antigua colonia británica. La norma establece un vasto aparato de seguridad en el territorio y otorga facultades a Pekín para reprimir las libertades políticas.
Ante esta situación, el Reino Unido estudia entregar visas de residencia a los hongkoneses que se sientan amenazados por la nueva ley, que prevé incluso cadena perpetua para los delitos de secesión, subversión, terrorismo o colusión con fuerzas extranjeras, informa La Vanguardia.
Por su parte, el primer ministro australiano, Scott Morrison, dijo que analiza acoger a residentes de Hong Kong. Sus palabras llegaron un día después de que unas 370 personas fueran arrestadas en la hasta ahora ciudad autónoma china.
Mientras tanto, la Cámara de Representantes de EEUU sacó adelante una propuesta de ley para penalizar a los bancos que hagan negocios con instituciones chinas encargados de aplicar la controvertida ley.