Decenas de comunidades indígenas de la Amazonia de Ecuador, exigieron el apoyo de las autoridades para sobrellevar la contaminación de tres ríos que les proveen de agua y pesca, a causa de un derrame de crudo en plena pandemia de Covid-19.
Un derrumbe el pasado 7 de abril tras la avería de tres ductos, provocando la fuga de unos 15 mil barriles de petróleo, según cifras oficiales, que se vertieron en ríos como el Napo, uno de los principales afluentes del Amazonas.
Según María Espinosa, abogada de la ONG Amazon Frontlines, que asesora a los nativos, unos 27 mil indígenas kichwa y shuar asentados en las riberas de los ríos Coca y Napo, fueron afectados por la contaminación, que casi un mes después persiste.
La estatal Petroecuador, a cargo del oleoducto que transporta 360 mil barriles por día y que ya fue reparado, estableció que resultaron perjudicadas 59 comunidades, a las que atiende desde el inicio de suceso con la provisión de agua embotellada.
Además, la empresa pública señala que realiza una amplia limpieza ambiental que se extenderá hasta julio y que incluye al río Quijos, otro de los afectados.