Un reciente estudio de los datos obtenidos por la sonda Juno de la NASA reveló que, en la zona ecuatorial de Júpiter, el agua constituye el 0.25 % de las moléculas de la atmósfera del planeta. Este hallazgo, a pesar de que pueda relacionarse con la posibilidad de la vida, está muy lejos de convertirlo en nuestro próximo destino.
Pero Júpiter no tiene una superficie sólida, por lo que todo el planeta está compuesto esencialmente por su atmósfera, llena de remolinos de gases y líquidos, cuyas presiones y temperaturas extremas en el interior comprimen, derriten y vaporizarían las naves espaciales que entran al planeta.
Desde hace décadas se ha dejado abierta la posibilidad de que en los mundos más extraños vean surgir formas de vida muy diferentes a las de la Tierra. Incluso el físico Stephen Hawking y el astrónomo Carl Sagan, no descartaron que podría haber formas de vida exóticas habitando las nubes de amoniaco en la atmósfera superior de Júpiter.
En conclusión la NASA sostiene que la vida como la conocemos, lamentablemente, no se halla en los planetas gaseosos como júpiter.