Hace más de 2.200 millones de años un objeto de tamaño desconocido impactó contra nuestro planeta en el oeste de Australia, entre las ciudades de Sandstone y Meekatharra. Tras el impacto dejó el cráter de Yarrabubba, de 30 a 70 kilómetros de diámetro, pero hasta nuestros días solo han llegado pruebas indirectas de su existencia, en la forma de cristales de cuarzo.
Un grupo de investigadores ha logrado establecer la antigüedad de este cráter, confirmando que es el más antiguo del planeta, con una edad de 2.229 millones de años, con 200 más que el situado en Sudáfrica.
Según sus conclusiones, publicadas en la revista “Nature Communications”, han sugerido que el impacto probablemente calentó el clima y ayudó a finalizar un periodo glacial en el que todo el planeta estaba cubierto de hielo.