A pedido de las autoridades, miles de viajeros disponen de 48 horas para abandonar las zonas turísticas de la costa sudeste de Australia, antes de la llegada, el sábado, de una nueva ola de calor que avivará los gigantescos incendios forestales que asolan el país.
El fuego, que se encuentra fuera de control desde hace semanas, provocaron la muerte de ocho personas en las últimas 48 horas, y redujeron a cenizas cientos de hectáreas de bosques en el primer día del año.
Uno de los estados más afectados es Nueva Gales del Sur, muy visitado por turistas nacionales y extranjeros, por sus ciudades costeras y parques nacionales, que hoy son consumidos por las llamas pese al intenso trabajo de los bomberos y rescatistas.
Oficialmente 18 personas murieron desde el inicio de la temporada de incendios, en setiembre. Esta cifra podría aumentar, ya que las autoridades del estado de Victoria afirmaron este jueves que 17 personas se encuentran desaparecidas en ese territorio.
Los visitantes deben partir antes del sábado, que se espera sea un día negro en el frente de incendios, con ráfagas de viento y temperaturas superiores a 40 °C. Unas condiciones que atizarán el fuego.