Todos alguna vez hemos sufrido de una resaca después de una noche de copas y baile. Algunas más intensas que otras, pero la mezcla de desvelarse, no hidratarte bien, no comer y beber la noche anterior, crean esa sensación física desagradable y que a nadie le gusta.
Existen personas que afirman que tuvieron muchas resacas en su adolescencia y que en su vida adulta no porque ya no salen tan frecuentemente de fiesta o simplemente ya no toman como antes, pero hay otras personas que, aunque no tomen mucho, el simple hecho de desvelarse hace que al otro día vivan algo parecido a una resaca.
Conforme pasan los años, el cuerpo ya no reacciona como solía hacerlo y la ciencia lo comprueba, pues según un estudio publicado en Life Sciences, el metabolismo se hace más lento con la edad y el cuerpo tiende a acumular más grasa, por lo tanto, las enzimas encargadas de descomponer el alcohol en el estómago van desapareciendo y por lo tanto, se incrementan los efectos de la cruda.
El estudio también asegura que el hígado deja de funcionar con el tiempo, así que las fiestas ya no serán lo mismo en edades adultas.
Finalmente, los expertos recomiendan, para evitar que a tus treinta y tantos años las resacas no te afecten tanto, beber mucha agua antes y después de la fiesta, y si es posible, mientras estás tomando alcohol, también bebe agua como complemento para así compensar los niveles de alcohol.