En Australia, más de 1.350 mujeres víctimas de los efectos secundarios de un implante vaginal distribuido por empresa Johnson & Johnson ganaron una importante demanda colectiva, calificada por los abogados como la mayor en términos de salud de las mujeres en el país oceánico.
El Tribunal Federal de ese país dictaminó como “negligente” el comportamiento de la multinacional estadounidense y su filial Ethicon, al asegurar que “los riesgos eran conocidos, (y) no eran insignificantes”.
Las mujeres reclamaban que los implantes vaginales, una malla que se coloca mediante una intervención quirúrgica para resolver daños en el suelo pélvico causados por el parto, les causó problemas de incontinencia urinaria, dolor severo crónico o relaciones sexuales dolorosas.