Sucedió en Estados Unidos. Mónica Domínguez, de 38 años, y Gerardo Zavala, de 32, fueron encontrados culpables de haber disuelto el cadáver de su hija de 2 años en ácido; las autoridades aún investigan si la mataron intencionalmente o por accidente.
Los hechos ocurrieron en Texas, donde la policía encontró un contenedor que tenía los restos de Rebecka Zavala, en la casa de la familia, según informaron los medios internacionales.
Debido al daño del cuerpo de la menor por el ácido con el que sus padres intentaron deshacerse de su cadáver, no se pudo determinar la muerte de la niña.
Mónica afirmó, en su defensa, que Rebecka había muerto ahogada en la tina de la casa cuando la dejaron sin supervisión; aunque admitió que había ayudado a su esposo cuando le pidió deshacerse del cuerpo.
El pasado 15 de noviembre, una corte los encontró culpables de poner en peligro a un niño, abusar de un cadáver y alterar pruebas relacionadas con un cadáver, por lo que Domínguez pasara 20 años en prisión, mientras que Zavala sólo pasará 14 años en la cárcel.
