En la ciudad argentina de Tucumán, un grupo de reclusos del penal de Villa Urquiza, creó hace 15 años un espacio para una granja dentro de la cárcel. Lo producido sirve para dar de comer a todos los presos, más de 1200. En la huerta se cosecha verduras como perejil, tomate, coliflor, lechuga, etc.
Los productos también se reparte en los distintos comedores de las instituciones policiales como comisarías, Escuela de oficiales y suboficiales, y el excedente lo venden a restaurantes y negocios de los alrededores. En granja trabajan 10 presos, supervisados por un ingeniero agrónomo.
La cosecha es abundante y ha superado las expectativas de los reos agricultores y las autoridades del penal. Pero sin lugar a dudas la estrella de la granja es la papa. La producción supera los 1.000 kilogramos por mes y esperan llegar a crecer hasta alcanzar 2,5 toneladas mensuales.