Esta semana, buques venezolanos cargados de crudo llegaron a Cuba, dándole un respiro ante la grave escasez que vive la isla, generada por las fuertes sanciones de Estados Unidos.
Sin embargo, el Gobierno cubano, cree que es poco probable que la ayuda venezolana, muy limitada en comparación de años anteriores, resuelva el problema por ello mantiene las medidas de ahorro de energía emprendidas en setiembre.
La administración cubana recortó el servicio de transporte público, disminuyeron la producción en algunas fábricas y animaron al uso de más medios de tracción animal, entre otras medidas.
Por otro lado, Rusia, aliado del gobierno cubano desde hace años, a través de su primer ministro, Dmitry Medvedev, envió una señal de que Cuba “no está sola” ante esta situación.
El funcionario visitó el primer pozo de petróleo horizontal de Cuba, ubicado en el norte de la isla, la instalación está siendo construida por empresas estatales rusas y cubanas.
Moscú y La Habana trabajan para reducir la dependencia de Cuba de las importaciones de crudo, mejorando la cooperación en la exploración de pozos de petróleo, dijo el funcionario ruso a la agencia TASS.