Lo que más le conmovió a la enfermera brasileña Verónica Grossi de 34 años, fue el grave estado de salud que padecía María, una anciana cada vez más enferma de cáncer, cuya piel era escamosa y su cabello, escaso. La especialista de la salud tuvo que insistir muchas veces a los parientes de la sexagenaria para que le presten atención, pero sus reclamos fueron en vano.
En una ocasión en que pasó días sin noticias de 'Doña María', Verónica y su madre entraron a la casa donde vivía y la encontraron en el suelo junto a la cama, con la presión arterial alta y síntomas de desnutrición severa.
“Estaba sucia y débil. Cuando la vi pensé que estaba muerta, pero llegamos a tiempo y la llevamos al hospital”, contó la enfermera en una entrevista. "María tenía un tumor en el tórax, entre el pulmón y el corazón", agregó.
Lo que más le agradó a Verónica fue que la anciana era muy comunicativa y querida. Sin embargo, contó que tuvo que lidiar con la hija y el esposo que no estaban conformes con sus reiteradas visitas. "Pero seguí yendo de todos modos, y aún más porque me di cuenta de que María tenía problemas de salud y no la estaban cuidado”, relató Verónica a un conocido medio de Brasil.
Frente a ello, la técnica decidió formalizar la responsabilidad que mantiene con Doña María ante un juzgado para que la mujer se convierta en su hija, mediante el pedido de adopción.